Miebros

Daniel Villacampa
Paula Álvarez
Marina Ruiz
Paula Rodriguez
Marta Gil
María Marcos

jueves, 14 de febrero de 2013


Historia de las locomotoras:

La historia de los primeros días de la locomotora está íntimamente relacionada con la del
carruaje automático a vapor ideado para circular por carreteras y abandonado al desarrollarse el
transporte sobre carriles. La idea de tender una vía especial para las ruedas de los vehículos de
carga se remonta al tiempo de los romanos, que acostumbraban a pavimentar con bloques de
piedra dispuestos en vías paralelas la porción de la carretera por donde pasaban las ruedas.
El mismo método fue adoptado con frecuencia en los primeros tiempos de la explotación de los
yacimientos de carbón de piedra en Inglaterra, donde dicho carbón era transportado desde las
minas en carros tirados por caballerías, en el siglo XVIII, los trabajadores de diversas zonas mineras
de Europa descubrieron que las vagonetas cargadas se desplazaban con más facilidad si las ruedas
giraban guiadas por un carril hecho con planchas de metal, ya que de esa forma se reducía el
rozamiento. Los carriles para las vagonetas sólo servían para trasladar los productos hasta el río
más cercano ,el que por entonces era la principal forma de transporte de grandes cargamentos .

Hacia el 1630, sin embargo, un individuo llamado Beaumont discurrió el asentar carriles de
madera con el mismo objeto; y hacia el fin del siglo XVIII eran de uso corriente vías con carriles de
madera que tenían la superficie superior redondeada, ajustándose a ella las llantas acanaladas de
las ruedas de hierro colado de los vagones; también se apreció y aprovechó la economía que para
el transporte representaba el hacer más fáciles las pendientes, rebajando los cerros, rellenando las
depresiones del terreno y construyendo puentes sobre los ríos.

Posteriormente los carriles de madera fueron recubiertos con planchas de hierro colado, para
alimentar su duración disminuyendo el desgaste, y en 1776 se construyó en Sheffield (Inglaterra)
una vía tendiendo barras prismáticas de hierro colado sobre vigas de madera.

Partiendo de estos toscos principios, se ha desarrollado la moderna vía férrea, con sus gruesas
traviesas de madera embreada descansando sobre piedra partida y sosteniendo carriles
prismáticos de acero que pesan de 45 a 65 kilogramos por metro, con toda su completa cohorte
de auxiliares: agujas, señales, disposiciones para salvamento, etc.

Fdo: Paula Álvarez

No hay comentarios:

Publicar un comentario