Me acerqué más y mi amigo Mateo me contó que ese esclavo venía de África en un barco en el cual se trasportaban alrededor de tres mil esclavos por viaje.
Me fijé en su espalda y vi que tenía una marca en la espalda y me dijeron que la llevaba para que el comprador supiera que había llegado legalmente.
Finalmente el más rico del pueblo lo compró y se lo llevo hacia sus aposentos; nunca más hemos sabido de aquel esclavo.
Fdo: María Marcos Araguas
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